Han pasado seis meses desde la última entrada a este blog, pero ello no significa que la actividades de aprendizaje de metodología de la investigación en educación médica haya sido escasa o nula, sino más bien todo lo contrario.
Remontándome al mes de octubre de 2012, y en concreto a la semana presencial del PIPEM-3, pudimos ser partícipes de la sesión sobre los instrumentos de recogida de datos en un estudio de investigación, tanto cualitativos como cuantitativos. Creo que aquella sesión me hizo ver un horizonte desconocido para mi hasta ese momento: el laborioso y protocolizado mundo del diseño y creación de un nuevo instrumento de recogida. Creo que la complejidad del proceso consiguió abrumarme por completo, y tener algo muy claro: un cuestionario cualquiera, no tiene por qué ser válido ni fiable... no es algo "que se le supone", por tanto es muy importante el proceso de validación del mismo cuando este es de nueva creación. Pero en definitiva la idea que me quedó fue: "SI PUEDO ELEGIR UN INSTRUMENTO DE RECOGIDA DE DATOS ESTANDARIZADO Y DEBIDAMENTE VALIDADO, ES MEJOR QUE CREAR UN NUEVO INSTRUMENTO", o en palabras de Maria Nolla... "No vamos a inventar la rueda a estas alturas". El trabajo de profundización en el tema de los instrumentos de evaluación, continuó posteriormente en la fase no presencial del Módulo 14, con el estudio de los capítulos correspondientes de nuestra libro de referencia en este módulo: Bisquerra, R., y con las discusiones en el correspondiente foro de la plataforma virtual, donde discutimos diferentes instrumentos.
Pero la semana presencial de octubre, no sólo abordó la última unidad docente del módulo, sino que tuvimos un día para exponer y discutir "los embriones de proyectos de investigación" que pretendíamos presentar finalmente, en marzo de 2013. En mi caso, mi "embrión de proyecto" consistió en un "maremagnum y/o declaración de intenciones" de muchas de las cosas que me gustaría hacer, aplicando todo lo que había aprendido en el módulo 14...y claro, como era de esperar, la principal mejora que me propusieron los tutores fue "concretar, concretar y concretar". Y de esta manera, durante los siguientes meses, pasé de un pre-proyecto que pretendía abordar la evaluación del programa de formación en competencias transversales que se lleva a cabo en el hospital en el que trabajo, teniendo en cuenta varios niveles de la escala de kirpatrick y los paradigmas cuantitativo y cualitativo, incluyendo el diseño de instrumentos de recogida de datos, a un proyecto final que evaluaría los resultados del proceso de implantación del programa, pero centrado en el primer nivel de la escala de Kirpatrick, y desde el paradigma cuantitativo. Este proceso de metamorfosis hacia la concreción, ha sido duro y costoso, evidenciado por las seis versiones del guión del proyecto que siguieron a la versión presentada en octubre. A partir de esta sexta versión, inicié las tutorías, y fue todo mucho más rápido y fluido... ¡¡había conseguido concretar!! y esto facilitó la escritura y correcciones bastante.
No se tenía que cerrar antes de la presentación?
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